Me encantas.

Simplemente, me sorprendes.
Cada día contigo es algo nuevo.
Es algo distinto. Mejor.
Mucho mejor que antes.
Mejor que cualquier otra cosa.
Y que cualquier otra persona.

Me gusta que me atiendas, porque tu atención es el mejor premio.
Me gusta que me llames, porque tus llamadas encienden mis ojos y activan mi sonrisa.
Me gusta que nos mandemos mensajes a las 3 am.
Me gusta que nos lanzemos comentarios celosos y posesivos.
Me gusta que digas que tengan cuidado conmigo, porque me siento tuya.
Me gusta que digas que soy tuya, porque así te puedo decir que eres mio.
Me gusta cada conversación, porque aprendo cada vez algo nuevo sobre ti.

Pero tú... tu no me gustas, me encantas.

Por si las dudas.

Pepito: Fran, dime.. ¿Estai pololeando?
Yo: No.

Juanito: Oye Fran, ¿Que onda con.. ?
Yo: ¿Como?
Juanito: ¿Es tu pololo?
Yo: Eeh, no.

Pedrito: Fran, ¿Como estai?
Yo: Bien, ¿Y tu?
Pedrito: Bien bien, asique... ¿Con pololo?
Yo: No.

Pepito, Juanito, Pedrito: Ah, ¿No?
Yo: No
Pepito, Juanito, Pedrito: ¿La dura?
Yo: Si
Pepito, Juanito, Pedrito: Ah.



¿SE ENTENDIO?
Perfecto.

y ni siquiera saberlo.

¿Alguna vez miraste una foto tuya y viste un extraño en el fondo?
Hace que te preguntes: ¿Cuántos extraños tienen fotos tuyas?
¿En cuántos momentos de las vidas de otros hemos estado?
¿Fuimos parte de la vida de alguien cuando su sueño se hizo realidad?
¿O estuvimos allí cuando sus sueños murieron?
¿Seguimos intentando acercarnos? ¿Como si estuviéramos destinados a estar allí?
¿O la oportunidad nos tomó por sorpresa?
Sólo piensa: Podrías ser una parte importante de la vida de alguien,
y ni siquiera saberlo.